Para emprender hay que saber vender. Sin embargo, en mi opinión, saber vender es una de las habilidades de las que menos se habla a la hora de tocar el tema del emprendimiento. Se habla de liderazgo, de finanzas, de tecnología, de mercadotecnia, de innovación, y mil cosas. Todas importantes, claro, pero de ventas muy poco. Al menos no con la palabra tal cual. Es más común escuchar hablar de “estrategias comerciales” que de “ventas”.
Y es que socialmente, culturalmente, hay un rechazo histórico al concepto como tal. Incluso entre las mismas personas que nos dedicamos a las ventas, en nuestro interior, un poco entre el subconsciente y la pena consciente, está sembrada la necesidad de no usar el término. Como si fuera algo malo, de lo que habría que avergonzarse. Y por eso se usan términos como “asesor”, “ejecutivo”, “agente” en lugar de “vendedor”.
Por supuesto que esto no surgió de la noche a la mañana, y no surgió de la nada. Durante años, algunas personas han distorsionado el concepto de ventas, han abusado de las técnicas de persuasión, para convertirlas en manipulación. Han puesto primero sus intereses a los de sus clientes. Y como suele pasar en muchos ámbitos, esta “mala fama” se esparce mucho más rápidamente que las acciones de los que hacemos el bien. Afortunadamente el consumidor hoy en día, gracias a la tecnología, tiene muchas más herramientas para comprar que en el pasado. Hoy el consumidor del Siglo XXI revisa a través de internet, googlea y rastrea opiniones a través de redes sociales. Investiga y pondera la información incluso antes de tener contacto con el vendedor. Hoy es mucho más difícil que los malos vendedores, los que abusan, los que engañan, se salgan con la suya.
Vender es ayudar. Es legítimamente abstraer la necesidad de un cliente, y brindar la mejor solución disponible. Vender es cumplir el propósito del emprendimiento. Es el momento cumbre en el que lo que alguna vez fue el sueño de un emprendedor, alcanza a la persona o empresa para quien el producto o servicio fue creado.
Las ventas mueven al mundo. Si observas en este momento a tu alrededor donde quiera que estés leyendo esto, todo lo que te rodea fue producto de una venta: El celular, tableta o computador que tienes enfrente; la ropa que traes puesta; la sillas, mesas, lámparas, equipo de aire acondicionado del edificio o casa en donde estas; tu coche y los coches de los demás; los accesorios, instrumentos y herramientas que utilizas a diario; los alimentos que consumes o los servicios que estas empleando. Todo. Alguien tuvo que venderle algo a alguien para que todo esto esté donde está en este preciso momento.
Sin ventas nada sucedería. Así de importante son. Te invito a ver con otra mirada la palabra “ventas”. Te invito a que empecemos a quitar ese estigma social que cae sobre esta actividad. Si eres emprendedor, o vendedor, reconoce con orgullo lo que haces. Abraza esta maravillosa posibilidad de conectar con las personas, servirlas y hacer que el mundo gire y crezca. Si eres consumidor, revalora esta carrera y profesión. Premia a los buenos vendedores que conoces, agradéceles y promuévelos. Y por supuesto denuncia a los que no actúan con ética y compromiso.
Las ventas siguen evolucionando. Y en esta nueva realidad digital se abren nuevas posibilidades, nuevas maneras de interactuar con las personas, nuevas formas de brindar valor y ayudar. Estoy convencido de que vienen grandes tiempos para aquellos que ven las ventas, no solo como una parte del negocio, sino como la oportunidad de ayudar a la humanidad, de transformarla, y de llevar a cada rincón del planeta, a cada ser humano que lo requiera, el producto o servicio preciso que satisfacerá su necesidad, resolverá un problema o lo elevará a un siguiente nivel.
Un mundo más justo y equitativo necesita estar mucho más interconectado, y en una nueva economía mucho más social, necesitará de más personas dedicadas a las ventas, dispuestas a entender a otros y a ayudarlos.
Éxito
“Vender es ayudar”
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