La resiliencia, tu mejor aliado

En marzo del 2020 sentí que el mundo se desbarataba en mis manos. Seguramente muchos se sintieron igual semanas antes o semanas después. 

Unos días antes el plan trazado parecía ir viento en popa, y  los resultados que por fin llegaban me llenaban de orgullo,pues eran el producto de meses, incluso años, de trabajo previo. 

Y de repente todo se canceló. Llegó una pandemia. Mi mente inmediatamente se fue a un futuro oscuro. Imaginé que sería imposible realizar talleres y conferencias, y en mi cabeza concluí que mis otros proyectos comerciales tampoco encontrarían clientes. Una crisis devastadora arrasaría con todo de forma permanente. 

Me sentí impotente. Estaba en shock. El dolor y la frustración me invadieron ese fin de semana. El miedo me paralizó

Pero entonces decidí “regresar” de ese viaje aterrador. Me situé en el aquí y en el ahora. Decidí buscar las oportunidades que se presentaban en esta situación. Y me puse un solo objetivo: Salir mejor de la pandemia de como entramos. En pocas palabras, ser resilientes.

La resiliencia de acuerdo a la psicología positiva es la capacidad de reponerse tras la adversidad. Pero incluso, muchas veces no solo es reponerse, sino que cuando se vive un evento traumático, o una situación muy adversa, las personas mejoran y crecen. 

Hay evidencia de que personas que han sufrido situaciones muy complicadas, una vez que las superan son más felices. Y esto pudiera explicarse simplemente porque pueden poner las cosas en una perspectiva distinta: Después de un evento traumático del que hayas salido adelante, cualquier otro problema te puede parecer menor. Ya no se ve tan complicado, tan difícil, tan duro. Si libramos aquella crisis en el pasado, este problema menor en el presente se ve muy distinto, pequeñito. 

Suena sencillo, pero obviamente cuando se está en medio del problema no lo es tanto. Algunas ideas que dan los psicólogos y expertos en bienestar para desarrollar la resiliencia son:

  • Subdividir un objetivo mayor, en metas más cortas e inmediatas, por ejemplo semanales. Así la ansiedad disminuye, nos podemos centrar en tareas mucho más específicas y podemos empezar a recuperar nuestra sensación de control ante un escenario que en largo plazo se ve incierto. 
  • Reenfocar la situación. Imaginar la mejor respuesta que podremos dar ante el problema y compararlo con una situación aún peor en la pudiéramos estar. Esto permite enfocarnos en los aprendizajes y en las herramientas necesarias, además de iniciar un cambio de perspectiva que transmita emociones positivas y genere nuevamente impulso.
  • Evitar trampas del pensamiento como llegar a conclusiones demasiado rápido, exagerar o minimizar, sobre-generalizar, tomar las cosas de manera personal, externalizar (no tomar responsabilidad de nada), la “visión de tunel” (procesar un rango estrecho de información) o tomar decisiones basados en cómo nos sentimos y no en evidencia

En un mundo Frágil, Ansioso, No-lineal e Incomprensible (BANI por sus siglas en inglés) la resiliencia es una de las respuestas más importantes. Trabajarla y desarrollarla debería ser una de las asignaturas fundamentales en las escuelas y en las organizaciones. Sin embargo, seguimos enfocados en desarrollar conocimientos y habilidades técnicas, y se suele poner de lado el desarrollo de las capacidades humanas y de manejo de las emociones. Así que hoy en día, es tarea personal trabajar en mejorar estos aspectos, que son clave para tener un éxito equilibrado. 

¿Qué estás haciendo hoy para desarrollar tu resiliencia?

Éxito!!

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