La Felicidad: La heroína matutina

No soy una persona que disfrute despertarme temprano en la mañana. Lo reconozco. Las primeras horas del día transito entre algunos sonidos guturales y movimientos automatizados que me conducen a lugares rutinarios: el baño, el desayunador, y la mesa donde enciendo mi computadora para definir sobre qué se tratará mi día. 

No disfruto levantarme, ¿Pero entonces por qué lo hago? Más allá del hábito o de un compromiso conectado a mi fuerza de voluntad, ¿Qué hace que día tras día sin excepción al final logre vencer la tentadora idea de quedarme acostado. Porque salvo las veces que estuviese enfermo, todas las demás ocasiones sin excepción me he levantado de la cama. Pudiera vivir solo, pudiera no tener compromisos ese día, sin embargo, en algún momento mi día empezará. Así ha sido siempre por lo menos en las últimas 10,000 ocasiones.  Me levanté y empezaron a suceder las cosas. 

¿Quién es esta heroína misteriosa que me vence día tras día en mi propia cancha de forma sutil pero efectiva? Yo lo tengo muy claro, es la felicidad, o por lo menos la necesidad de ir a su encuentro día tras día . Me levanta y me mueve esa misteriosa energía que me seduce y logra separarme del colchón, y luego me empieza a conducir, no necesariamente de una forma brusca, sino más bien suave, hacia el encuentro de aquello que creo, y destaco nuevamente el “creo”, que me hará feliz, ya sea ese mismo día, o en algún momento en el futuro. No es algo racional. No me levanto pensando “se me hace tarde para ser feliz”, aunque confieso que al escribir esto me parece muy tentador poner algún letrero o mensaje en mi reloj despertador con estas palabras. Es algo que simplemente está ahí, algo con lo que venimos preinstalados desde fábrica. 

¿Qué te hace feliz? ¿Es tu trabajo? ¿Es tu familia? ¿Son tus amigos? ¿La comida? ¿Tu coche nuevo? ¿Viajar? ¿Crear algo nuevo? ¿Un proyecto retador? ¿Ayudar a otros? ¿Lograr alguna meta? ¿Materializar un sueño? . Para mi es una mezcla de todo. 

Entre más claro tengas cuales son estos hilos conductores, y como se entrelazan en tu cotidianidad, mayor será tu impulso al despertar, y mayor fuerza, energía, enfoque y resistencia tendrán tus acciones. No menosprecies  el poder de la felicidad como herramienta de productividad. Las grandes empresas lo saben y lo aplican, ¿Por qué tu no? Y por otra parte, te invito a revisar que tanto te está costando levantarte de tu colchón en las mañanas. Todos tenemos días malos, etapas en las que nos cuesta más que en otros momentos. Pero si está ocurriendo muy seguido y durante varias mañanas consecutivas, tal vez es la hora de replantearte seriamente hacia donde estás conduciendo tu vida y donde están tus prioridades. 

Exito!!

Neto Ávila

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