Cada cierto tiempo aparece algún bien, algún instrumento o mecanismo financiero, que da unos saltos impresionantes en su valor. Y que por ello se vuelve famoso. Y entonces todo mundo quiere “invertir” en él, motivados principalmente por el deseo de ganar dinero rápido.
Normalmente cuando esto ocurre, cuando la mayoría de las personas se enteran, es porque ya es tarde para obtener ganancias pronto. Hoy hablamos de criptomonedas, pero antes fueron las acciones de las empresas “punto com” a principios de este siglo, cuando empezaba el boom del internet, y mucho antes fue la euforia por los tulipanes (sí, las flores) en el siglo XVII.
Según la Real Academia de la Lengua Española, ESPECULAR significa “efectuar operaciones comerciales o financieras con la esperanza de obtener beneficios aprovechando las variaciones de los precios o de los cambios”. Normalmente se trata de comprar barato, esperar que el precio suba, y vender caro, aunque en el devenir de los años, los financieros también han creado una serie de instrumentos, como por ejemplo las “ventas en corto” donde a través de una serie de operaciones relativamente complejas, se gana dinero cuando el valor de los bienes baja. (En mi opinión esto es torcer el espíritu original de la inversión, pero pues existe y seguirá existiendo)
La gran pregunta es ¿Cómo le puedo hacer para saber que bien o instrumento tendrá una gran apreciación pronto, para invertir mi dinero y hacerlo crecer 20 veces en menos de un año como ocurrió con el bitcoin en 2017 y ahora a principios de 2021?
La respuesta corta es: no hay manera. Por lo menos no sin que asumas un alto riesgo. Por supuesto que los que especulan suelen estar muy convencidos de que ese activo subirá, y cuando las cosas les resultan bien, pasan por genios financieros. La realidad es que la mayoría de ellos tienen éxito más por un tema de valentía y fortuna que de lógica y análisis. Pero hay que reconocer que el atrevimiento también tiene su mérito y su premio.
“Bueno entonces solo es estar pendiente de las tendencias y cuando algo acelere su valor entramos”. No es tan simple. Porque de igual manera que los valores especulativos suelen subir muy rápido, también las caídas de los precios suelen ser muy bruscas. Y sólo ganarás dinero si alcanzas a vender antes de que el precio vuelva a bajar. Y si haces un mal cálculo, si arriesgas de más, si la avaricia se apodera de ti, puedes acabar en el extremo opuesto de donde querías, con 10 o 20 veces menos valor de lo que aportaste.
Además los mercados financieros suelen estar muy influenciados por grandes participantes quienes los manipulan. Antes lo hacían inyectando grandes cantidades de capital, ahora solo basta escribir un “tweet” para alterar a su favor las tendencias.
Especular no necesariamente es malo, si eres consciente de lo que estás haciendo. Y por supuesto, si solo arriesgas una parte (de preferencia excedente) de tu patrimonio que no te importaría perder.
Te mentiría si te digo que no suelo navegar el internet entre datos y noticias financieras buscando una señal que me indique donde estará el siguiente gran momento para multiplicar mi dinero pronto. Pero mientras eso sucede, existen otras alternativas de inversión más estables, menos especulativas, y que también multiplican varias veces el valor de dinero. La mayoría necesita tiempo, pero la mayoría de la riqueza en el mundo se ha construido así, con tiempo. Si lo logras pronto serías la excepción a la regla. Así que yo te invito a que diversifiques tus opciones, desarrolles la paciencia y que sigas aprendiendo, para que no termines siendo víctima de la paradoja de las inversiones especulativas.
Éxito
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